martes, 21 de octubre de 2008

Tarde de cine en casa... en cama.


Ver una película abrazados, pareciera que es tan sólo una idea romántica tele novelera… ¿y que es el sexo? Es la coraza de las emociones y necesidades de la piel que me abarca por completo. ¿Se pueden combinar?


Esta tarde esperaba paciente a que llegara Carlos, y mientras hacia un apunte del rostro del modelo de ayer, de pronto al enjuagar el pincel, sentí que debí asomarme por la ventana, ahí estaba el; Carlos, mirando hacia arriba, esperando que me asomara. Cuando entro a la casa nos besamos encantados de vernos de nuevo… Había sacado un paquete de discos de películas para que el escogiera cual quería ver, por supuesto había varias que ya conocía, y otras las menos que no había visto. “The Queen”, escogió, así que nos subimos a la cama. Con cerveza en mano, una taza de café para mi y el edredón. Colocamos las almohadas y nos abrazamos mientras le dimos click al control. La película comenzó y nosotros atentos a ella. Entre rato y rato, aprovechábamos como novios a besarnos y acariciarnos, y a reír de lo bien que nos sentíamos. Nos esforzamos por poner atención a la película, en verdad queríamos verla y cuando se subía la temperatura uno de los dos se separaba diciendo –ya, ya, sino no acabamos de verla- nos reíamos a carcajada abierta.


Lo demás es el resultado de la increíble química que hay entre los dos, del conocimiento previo que tenemos el uno del otro de la zonas erógenas de cada uno. Carlos provoca lo que muy pocos logran, ponerme duro tan solo con mirarlo y sentirlo cerca hace que hasta me duela de la presión que ejerce el slip sobre mi verga. Cuando me mira con el libido arriba, sus ojos agudos y oblicuos brillan y saliva de tal forma que sus besos húmedos y aliento, me marea. Es un macho dominante que me abarca y consume hasta saciar nuestro ánimo por sentir al otro. El sexo es intenso, y mas intenso es lo inexplicablemente orgánico que resulta el encuentro con el.


Jadeantes y exhaustos llenos de sudor terminamos unos obre el otro, mientras el con sus manos sin poder detenerlas, acaricia mi espalda mientras me besa. –¿Quieres cenar?... hay pollo y papas?- le pregunté. Nos levantamos sonrientes y sino fuera por el frío de este otoño, habríamos ido a sentarnos así tal cual estábamos, pero nos vestimos y aseamos. Sirvió cerveza para el y un vaso de coca light para mi. -me gustas mucho- me dijo. Yo solo sonrío y digo –gracias, tú también-

1 comentario:

Anónimo dijo...

Esto es hermoso, tienes el don de la comunicación lo que escribes, dibujas y pintas definitivamente comunica.
Gracias por haber pasado a mi blog y por darme la oportunidad de cono9cer el tuyo, si no te molesta lo vincularé al mío pues pienso pasar seguido por aquí.
Creo que te pediré algunos tips