domingo, 12 de octubre de 2008

Hace un año que lo conocí y me sorprendió su llamada…

Este fin de semana reapareció Christo, un modelo con quien había salido el año pasado en estas mismas fechas y que inexplicablemente se desapareció… sólo lo vi tres veces y en esas tres veces el sexo había sido tan intenso que pasamos la noche juntos una vez. En algún momento me dijo que me quería y aunado al placer eso tomo dimensiones enormes… Christo lograba sexualmente lo que jamás nadie me había provocado, y era un recuerdo a nivel sensorial que tenia vagamente en mi cabeza… y que sin duda en su momento, me atrapó y me provoco taquicardia y jadeos por estar con él.

Así que estos dos se les ocurrió verme de nuevo al año el mismo día y yo, que siempre digo que si, pues la gente siempre miente diciendo que viene y no viene, accedí a verlos, y para mi sorpresa, llegaron, los dos a la cita, claro con diferencia de horas y ni modo.

Christo vestía una boina que lo hacia ver mas estilizado, siempre recuerdo su figura larga enfundada en pantalones entallados a la cadera que dejan ver unas piernas bien torneadas y unas nalgas redondas, con un bulto de frente que te quita el aliento y te perturba.

Estaba en la ventana cuando el llego, esperando verlo, se estacionó y baje a por el, Me abrazo, no pude evitar besarlo y me dio mucho gusto que el respondió al abrazo… lo sentí nervioso, hacia frío, octubre es un mes frío, Como el año pasado cuando lo conocí…

Tomamos café, y hablamos de lo que paso, dice que se sintió amedrentado por mi entre otras cosas, respondí lo que siempre digo, “nunca te pedí nada” pero, en realidad a lo mejor si lo hago al menos sensorialmente, que es algo común en mis amantes. Tímidamente nos subimos a la cama, vestidos y nos abrazamos, hablábamos mucho, de tonterías, de los que nos paso, del clima, de que nos vemos “igualitos”, de la cara que tengo y del morbo que le doy, de cómo sus manos me provocan , sólo al darme un apretón, “quiero estar contigo y no se como acercarme”-le dije- Me beso y jalo hacia si, sobandome los laterales de mi torso y ahí, en ese instante una oleada de sensaciones me cubrió el cuerpo, entero,… es; como sí la memoria corporal se despertará y siguiera donde se quedo, había una comodidad inmediata al estar junto a él. Lo sabia por supuesto, y lo aprovechaba… comenzamos a desnudarnos, como si no conociéramos el cuerpo, con un pudor poco común, lamió mi cuello, jalo mi cabeza hacia atrás, y mordió mis tetillas, yo solo atinaba a corresponder con sumisión lo que el hacia… al contemplarlo sin trúza, me sorprendió lo grande que era, lo había olvidado, tenia mas gravado las emociones que su cuerpo… “no recordaba que fuera tan grande” –dije- el se rió,… a carcajadas, “como crees que llego al segundo esfínter” –dijo mordiendo mi cara- . Eso es lo que el había hecho que me sorprendía y que tan sólo en mi vida he sentido con dos amantes, el y otro más. Christo entro y en el momento mismo tuve una eyaculación, eso lo excita mas, dice que es increíble como puedo hacer eso sin tocarme, “lo provocas tu” -le digo- y lo repetimos mas de tres veces en esa noche… la sensación y la visión de frente a mi, se resume en un sinfín de gotas de sudor mezclado con nuestros cuerpos, con el mirar su espalda y su cabeza metida entre mis brazos, mordiendo lo que encuentre, jalándole el cabello para evitarlo sin lograrlo, claro… besándonos, buscando la mirada y riendo de tanto placer… Dice que si es consciente de lo que me provoca y yo me rió.

De todo lo que pasó hace un año, de lo que me arrepentí fue de no haber hecho ningún cuadro con él… se me antoja tanto hacerlo. Una imagen recurrente es verlo como un ángel de la noche, pues siempre nos hemos visto rayando la media noche, y jamás a la luz del sol. “Quiero pintarte” –le dije- … Cuando terminamos, nos abrazamos largo rato, era mas de las 4 de la mañana, y tenía que irse. Le di un café y nos vestimos, hacía frío, pero estábamos tan sudados y agitados que no nos importo. Christo es camaleónico, es sumamente tierno en ciertos momentos, que no se compara con el toro que es cuando cogemos, es Tauro finalmente, es un toro blandiendo el aire, a mi. Lo baje a despedir a la calle, y el silencio de la noche y la luna creciente estaba latente cuando nos abrazamos… -cuídate, y avísame cuando llegues.- Me dio un beso y sonreí. -Quiero pintarte, le dije, no se te olvide- Te aviso cuando te veo, -me dijo- Ciao.

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