Hace algunos meses, conocí en la red a un chico apenas mas grande que el hijo que alguna vez tuve... tiene 20 años y estudia biología. En su momento vino a casa y nos disfrutamos lamiendo nuestros cuerpecitos como alguna vez me dijo un ex amante. Y parece que los años, la experiencia, lo engancharon y me parece obvio si le doblo la edad. Vino a mi exposición pasada, y mirarlo me dió mucho gusto, con ese aire aniñado y su sonrisa que cautiva a todo el que lo mira. Quedamos en vernos la semana siguiente para compartirnos de nuevo, y asi sucedió. El martes a medio día de la siguiente semana, vino a mi estudio, y nos tumbamos en la cama... es tan delgadito que se acostó sobre mi y entre besos y arrumacos, con mis manos metidas entre su pantalón y sus nalgas, nos quedamos dormidos, por al menos una hora... Y si que descansamos, pues entre el sopor del sueño, escuchaba nuestras respiraciones. Pero la calentura y la cercanía de su cuerpo, provocaron que mis manos comenzaran a adentrarse mas entre sus pantalones, y mis dedos ávidos buscaron su culo y hurgando cada vez mas, el entre apretones de culo y paradas de nalgas despertó... Nos besábamos con emoción adolescente, y como no, si recién salió de esa etapa... Omar dejaba sentir en su cuerpo cada caricia que le propagaba a su cuerpo, mis caricias cada vez se hicieron mas fuertes, mas toscas, mas duras y comencé a morderlo, y lamerlo desde el cuello hasta la cabeza, jalandole la nuca para besarlo. Mis manos los desvestían, y el a mi también, ya desnudos me lamia las tetillas y asi bajo hasta mi verga que reacciono a su boca ansiosa... Voltéate -le dije- y puso su culo sobre mi cara y su mi verga en su boca, mientras chupaba y mordía su culo dilatado, hambriento, ese sabor salado que tiene me encanta y me calienta. Disfruto atragantarlo con mi verga, sumirsela hasta provocarle arcadas... meterle la lengua provocandole que pare el culo pidiendo verga. asi pasamos largo rato, disfrutando, hasta que lo zafé de mi y lo puse boca abajo, para atinarle varias nalgadas y morderlo como si lo odiara, algo que indudablemente el disfrutaba... las nalgas las tenia rojas, y le fui dejando si, querer marcas de las mordidas, pero ¡ah como disfrutaba! era un verdadero placer hacer esto.... Hubo muchos besos, y apapachos, muchos cariñitos, y muchos abrazos...
Después de un largo rato, sencillamente nos vestimos, y nos reímos mucho de tontería y media que decíamos. La compañía de los jóvenes siempre es revitalizadora. siempre tienen algo que te deja un aire de esperanza... un aire de que la vida sigue, a pesar de uno mismo, a pesar de que no existiera. Resulto que conoce a un profesor de su facultad que fue amante mio hace muchísimos años, y dice que es medio amargado, mal por el, porque de verdad que era impresionante su estar en su presencia... Omar es un chico tan joven, tan deseoso de la vida, con tantas esperanzas, que seguro la vida y lo que el mismo se procuré le darán el mejor bienestar. Y en realidad... no habla tanto, es tímido, pero, será la edad.
1 comentario:
Que lástima no haber estado en tu exposición, pero no descarto acompañarte un día a una de ellas.
Felicidades Maestro.
Un Beso
Publicar un comentario