sábado, 12 de abril de 2014

Hepicúreo.

 
Sin duda el placer continuo provoca una proyección de si mismo que muy pocas vaces se logran alcanzar en la vida diaria. Pero cuando uno encuentra al gemelo idóneo en el otro... el placer  crece de tal manera que provoca una sensación de letargo y bienestar que dura horas y horas y horas sin querer parar.

Moqueur, es un chico de 35 años. Nos conocimos hace tiempo y finalmente después de varios intentos nos encontramos la tarde del sábado.  Tímido, de ojos esquivos, guapo, masculino y de boca muy ancha  Nos pusimos a seleccionar música, a preparar un hitter y a fumar mientras charlábamos. Sabíamos del gusto que ambos teníamos por las tetillas... Pero no imagine que aguantara tanto los mordiscos y jalones que le dí. Casi siempre soy yo el que más aguanta, sin duda, mi espectro de dolor es muy alto y puedo soportar ese dolor, que poco a poco se convierte en placer extremo. 

Una de las virtudes de la marihuana es que el tiempo se detiene y pasa casi sin darse cuenta... Cuando caí en cuenta, estaba desnudo frente a él, chupando como becerro una de sus tetillas, mientras con la otra mano, le jalaba a discreción la otra. Dejaba salir gemidos de placer y poco a poco el placer se torno más intenso. Su barba cerrada me frotaba todo el cuerpo, mis tetillas... y lamió y jaló tanto que  el placer era indescriptible.  Por supuesto que su boca la paso por todo mi cuerpo, deteniéndose especialmente en mi culo y verga,  hasta seguir chupando mis tetillas mientras de un sólo golpe me penetraba, ¡¡uff!! grité de placer...

Estuvimos así desde las 5 de la tarde, desnudos, fumando, cogiendo y escuchando música hasta las casi 11 de la noche que decidió era tiempo de irse. Le ofrecí que se quedará, siempre me asaltan mis pensamientos protectores y la preocupación de que iba bajo el efecto de la marihuana. Siempre mis amantes fuman mucho más que yo. La verdad es que yo, con poco estoy satisfecho. Nos vestimos, cogí la correa de mi perra y lo acompañé al metro... Nos despedimos muy efusivamente, -Quiero verte pronto- me dijo -Me gustas-... -Claro-, le dije yo... Por supuesto que estaría encantado de verlo, si es como el gemelo perfecto. Tanto placer hedonista, tanto ... Que siempre se traduce en unas ganas inmensas de pintar y dibujar..

sábado, 5 de abril de 2014

Los treintañeros

De un tiempo acá ha habido una oleada de chavos en sus treintas que me buscan.  Yo, simplemente me he quitado todo prejuicio y me dejo abordar, hasta donde puedo. Es curioso, hay un sentimiento en ellos de creer que tienen  "cierta madurez anhelada" que evidentemente a mis ojos es pura juventud. Y está bien. No pretendo que tengan más madurez que lo que los años les permite tener.
Hace 10 años conocí a a un chico que entonces estaba en sus veintes... y mi recuerdo era de un joven torpe, muy atractivo. Los años hicieron de él un joven más atractivo aun, de huesos grandes, manos grandísimas y un rostro anguloso que me provoca. Estuvimos juntos semanas atrás... y si  bien su belleza física me provoca mucha admiración, he de confesar que el sexo dista mucho de ser placentero. Tiene una verga de concurso... pero como muchos... saber que la tiene, provoca que se siente en sus laureles a ser contemplado y a no más que eso. Visualmente es un agasajo... pero nada más. Se ha convertido en un buen amigo y en alguien que quiero pintar...

Otro de mis "amigos" lo conocí a principio de año. Por cosas ajenas a mi, nunca pudimos concretar nada. Pero el tiempo siempre necesita su tiempo. Y el lunes pasado, me mandó un mensaje diciéndome si quería fumar con él. -Claro- le dije yo. Llegó a las 6 de la tarde,  es un joven de cuerpo muy delgado pero con una actitud envolvente, haciendo muchas preguntas, muchos cuestionamientos, intuyo que algo molesto  con la vida, inteligente, educado y muy amable, seductor... directo. Poco a poco me fue llevando a su mundo de seducción. saco un "hitter" y comenzamos a fumar. El calor que me provoca la hierba, siempre me agolpa mis sentidos... voy perdiendo poco a poco el sentido y dirección de las cosas que hablo y más bien sólo siento. Así que sentí su presencia, sus ojos, sus manos en mi espalda queriendo ver mi tatuaje... su nariz olfateando mi piel. la yema de sus dedos acariciándome por detrás y hasta el frente hasta alcanzar las tetillas que al tacto se erectan... suelto un suspiro y me jala hacía si mismo. Me besa la nuca y me pierdo.

Es un hombre muy genital... sus caricias van encaminadas a lo genital, lo directo, sin rodeos... No pregunta. Y ahí, de pie... sencillamente me penetra sin mucha resistencia por mi parte. La hierba hace que yo sienta interminable su verga  en mi. Hasta llegar al tope... me vengo nada más de sentirlo y eso enardece sus sentidos y comienza  a moverse con tal furia que, mis oídos sólo perciben un sumbido y una lejana voz diciendome -callate, shu shu shuu shuuuuu, no digas nada. siente mi verga-
No recuerdo cuanto tiempo estuvimos ahí de pie en medio de mi estudio... Pero cuando comencé a tomar conciencia estábamos en mi cama y el dentro de  mi. Sólo sentía como entraba y salía de mi. Con que destreza me manipulaba. En mi cabeza estaba esa imagen, sólo esa imagen.  Me provoco venirme al menos cuatro veces más....  eso sólo provocaba que sus ataques fueran más intensos y con más furia.... Tapándome la boca, presionándome hacia si. se vino... y cayó junto a mi cuerpo, jadeante, agitado con la respiración entre cortada. Vi su verga... -Dios- con razón me sentía lleno. En contraste con su cuerpo, la verga era descomunal, gruesa, venosa, dura como roca. Y mis sentidos siempre se alteran ante tanta belleza. 

Nos levantamos a cenar, y seguimos conversando... la conversación, la comida, la mota y el jugo de naranja eran tan agradables, que en un momento miro el reloj y me dijo -No me quiero ir, quiero quedarme, ¿puedo?-... -claro- le conteste.  La noche que pasamos fue entre somnolencia y sexo... tres veces en la madrugada me despertó el momento justo en que se habría paso entre mis nalgas pare meterme la verga. las mismas veces que nos venimos, yo sin manipularme directamente y él jadeando dentro de mi. ¡Cómo es que puedo aguantar tanto y venirme!...

Sé que es un joven medio atormentado por muchas cosas que collevan  sus años... Espero verlo de nuevo, aunque a decir verdad. No sé si podría convivir con tanto tormento mental... Sé que el sexo fue producto de una buena química entre los dos. Pero a mi edad.... ¿es suficiente razón para convivir con alguien? no lo sé.